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El Perfil Criminal

Agradecemos a nuestra compañera Karemi Rodriguez-Batista el que lo haya compartido.

Damos las gracias a nuestra compañera de estudios Karemi Rodríguez Batista por compartir con todos nosotros esta breve y bien escrito articulo que nos puede servir como primero aproximación a la perfilación criminal de este caso que tan gran impacto social esta teniendo.
Los padres que matan a sus hijos suelen actuar por dos motivos básicos. El primero es de carácter instrumental: la muerte de los niños es la expresión de una venganza; los niños se vuelven un ariete para urdir un plan calculado para hacer daño a la persona objetivo de ese encono, generalmente una mujer, que es la madre de esos hijos. Es posible que si se confirma la identidad de los restos hallados en el caso de Córdoba, nos encontremos en este caso. Otras veces los hijos son más bien un estorbo, un grave inconveniente para el tipo de vida que desea vivir quien los mata, y entonces se acaba con ellos para vivir más libremente, quizás con una nueva pareja que no los quería tener a su cargo. 
El primer caso se da mucho más en los hombres que en las mujeres, mientras que en el segundo tipo aparecen más mujeres, aunque no está claro si superan en número a las mujeres. También algunas mujeres matan a sus hijos para captar el interés de un hombre sobre el que ya perdía su relación, como la célebre asesina de Santomera. 
Salvo los casos comprobados de enfermedad mental, hallamos generalmente patrones de personalidad narcisistas, una fuerte ausencia de empatía y de falta de un proyecto vital definido, existiendo incluso auténticos psicópatas entre los autores de estos delitos. En cuanto a las mujeres que actúan por miedo a perder una vida que anhelan, junto a lo anterior podríamos también definir un perfil con una grave dependencia emocional y un desequilibrio notable en el manejo de las tensiones diarias. 
En el caso de Córdoba la planificación de los delitos es un elemento muy a tener en cuenta. Si se confirma la autoría del acusado este habría puesto fin al desprecio de su expareja con el acto último y más decisivo: matar a dos niños pequeños, sus hijos. Frente a esa realidad el sujeto tiene un gran control en los efectos emocionales del hecho, y su capacidad de concentrarse en sus necesidades y motivos sirve para despejar todo sentimiento de culpa. Es obvio que aquí el diagnóstico de psicopatía debe tenerse en cuenta y, desde luego, el de trastorno narcisista de la personalidad. 
En ocasiones el parricida acaba también con su vida. Combinan su desesperación y odio hacia la pareja o expareja con la conciencia de que después de un acto así no serán capaces de hacer frente a los hechos. Cuando la muerte es premeditada y cuidada para que incluso las pruebas ante la ley no puedan condenarle, el odio es muy superior a otra cosa, y la desesperación no afecta al núcleo de la vida del asesino, sino que este la proyecta de forma hostil para acabar con la vida (física y metafóricamente) de las víctimas de ese odio.
Autor: Sánchez Gómez Jesús
Precio: 30€
ISBN: 9788430954605
Año: Edición 2012
Páginas: 409
Encuadernación: Rústica
Idioma: Español

Sinopsis
La obra aborda la instrumentalización de la técnica científica y metodológica a emplear para aproximarnos al conocimiento interdisciplinar del paradigma del perfil de peligrosidad criminal, permitiendo obtener las causas que influyen en la personalidad violenta, tasar el nivel de la misma y posibilitar su constructo, así como de manera sistemática guiar al investigador en la aplicación de la clínica criminológica, ofreciendo un manual que sirva de guía.
De este modo, la obra supone un manual para el estudio, a través de la Criminología, del comportamiento antisocial y delictivo de un individuo, dedicando una primera parte, amplia, a la revisión de teorías explicativas de diverso orden y los factores que inciden sobre ellas, permitiendo observar las diferentes variables que describen el constructo del paradigma de peligrosidad criminal y enfocar sus conclusiones en inferencias del porqué de la personalidad, con especial cuidado de haber seleccionado aquéllas que en la investigación traída como ejemplo docente, terrorista islamista, ha de aportarnos la concreción de su perfil.
Índice
INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA: OBJETIVOS.
PRIMERA PARTE: SUSTENTO DOCTRINAL Y FORMULACIÓN TEÓRICA.
Capítulo I. PROYECTO.
Capítulo II. TEORÍAS.
Capítulo III. APROXIMACIÓN A LA PERSONALIDAD AGRESIVA.
Capítulo IV. CONSTRUCTO DE PERSONALIDAD CRIMINAL.
SEGUNDA PARTE: CONFIGURACIÓN DEL PERFIL DE PELIGROSIDAD CRIMINAL.
Capítulo V. DISEÑO.
Capítulo VI. CONSTRUCTO INDIVIDUAL DEL PERFIL DE PELIGROSIDAD CRIMINAL.
Autor: Ferro Vega José Manuel
Precio: 16,90 €
ISBN 9788415485346
Año Edición 2012
Páginas 212
Encuadernación Rústica
Idioma Español
Sinopsis
Los trastornos de personalidad son un conjunto de perturbaciones o anormalidades que se dan en las dimensiones emocionales, afectivas, motivacionales y de relación social de los individuos.
Muchos de los asesinos en serie los sufren. La mayoría de los asesinos en serie tienen antecedentes enfermizos. Se sabe que, frecuentemente, fueron víctimas de abusos durante su infancia, ya sea física, sexual o psicológicamente, toda vez que existe una correlación entre los abusos de su infancia y los crímenes que cometen. El término serial killer (asesino en serie) fue acuñado por el agente especial del FBI Robert Ressler en la década de 1970. A pesar de que el fenómeno de los asesinos múltiples es generalmente considerado un hecho contemporáneo, puede ser detectado en la historia, no obstante con cierto límite de precisión. El FBI, sin mucha precisión, ha categorizado a los asesinos seriales dentro de dos tipos diferentes: organizados y desorganizados. A causa de la horripilante naturaleza de sus crímenes, sus diversas personalidades y perfiles, y su habilidad para evadir la detección y matar a muchas víctimas antes de ser capturados y encarcelados, los asesinos en serie se han vuelto rápidamente figuras de culto, y han sido representados en muchas novelas, filmes, canciones, historietas, videojuegos, etc
Durante casi un siglo se ha estudiado y observado al psicópata criminal. Pero a excepción de una breve mención por parte de Cleckley, la idea de un psicópata exitoso – ordinario por casi todos los estándares externos – ha permanecido cubierto por el velo de esa dominante “conspiración de silencio”. A medida que esta serie continúe, se volverá claro porqué este es el caso y cuáles son exactamente las ramificaciones de semejante y peligrosa brecha en el conocimiento y en la conciencia.
Hasta el momento la única presentación profunda del problema de los psicópatas exitosos ha sido el libro Serpientes en traje (Snakes in Suits), de los autores Paul Babiak y Robert Hare publicado en el 2006. El libro es una lectura esencial, y tiene el potencial de salvar tu vida, literalmente. La información que contiene es universal y puede aplicarse a las interacciones sociales de cualquier nivel.
Babiak, como psicólogo industrial y organizacional, descubrió su primer psicópata corporativo en 1992. Mediante el estudio de operadores como “Dave” en su ambiente corporativo, Babiak no solo presentó los métodos mediante los cuales los psicópatas se infiltran y ascienden la escalera del éxito corporativo, sino que acabó con las previas ilusiones acerca de lo que los psicópatas podrían o no lograr.
Muchos en la industria creían que los psicópatas no serían capaces de tener éxito en los negocios. Creían que el maltrato y los comportamientos narcisistas de los psicópatas se harían evidentes ante los empleadores potenciales, y que sus abusos y manipulaciones inevitablemente conducirían a fallos dentro de la compañía. De hecho, los llamados “expertos” no pudieron estar más equivocados.
Parecen haber ignorado la misteriosa habilidad que poseen los psicópatas de presentar ante sus víctimas una imagen de extrema normalidad, e incluso de excelencia. Y eso es lo que somos para ellos: víctimas, “objetivos” potenciales, tontos.
Contra las creencias prevalecientes y suposiciones arrogantes, Babiak descubrió que los psicópatas eran muy bien aceptados en posiciones de dirección en empresas importantes, e incluso estaban experimentando éxito en sus carreras.
Aparentemente, su extremo narcisismo fue confundido con un “rasgo de liderazgo positivo”, y la oscura moralidad y típico caos interno del ambiente de las fusiones, compras, y ganancias parecía perfecto para los de su clase. No solo se manejaban satisfactoriamente bajo presión – por no poseer la habilidad de sentir miedo o estrés – sino que las potenciales recompensas personales eran demasiado grandes como para resistirse, para el negocio y para el psicópata.
Según indica Babiak, “la carencia de conocimiento específico sobre lo que constituye la manipulación y engaño psicopático entre la gente de negocios fue la clave para el éxito de los fraudes corporativos”.

Irónicamente, las mismas personalidades que las corporaciones y otras entidades poderosas buscan, son generalmente aquellas que causan su inevitable caída (la caída de Bernie Madoff, Enron, el Nazismo).
Y estas son las personalidades que hemos sido condicionados a ver como ideales. Por ejemplo, a través de las “gafas de color rosa” de aquellos que no tienen conocimiento, los engaños y manipulaciones se han convertido en sinónimos de “persuasión” e “influencia”; el comportamiento frío y la falta de remordimiento se han convertido en sinónimos de “orientación a la acción” y de “la habilidad para tomar decisiones difíciles”; la valentía e impulsividad se han transformado en “audacia” y “vivacidad”; la carencia de emociones se ha transformado en sinónimo de “fortaleza” y de “control emocional”.
En pocas palabras, cuando alguien denomina como “persuasivo e intrépido” a un psicópata, en realidad deberíamos cobrarle el cargo por hacerle propaganda al psicópata, porque eso es lo que es.
¡Es como vender blanqueador y llamarlo agua bendita! En los documentos estas cualidades podrían parecer prometedoras, pero como compañeros de trabajo, y especialmente como jefes, los psicópatas son dominantes, intimidatorios, atemorizantes y peligrosos.
Rápidos para hacerse del crédito por el trabajo de otros y para emplear y despedir empleados impulsivamente, ellos solo toleran las admiraciones, tienen una extrema falta de previsión, y genuinamente carecen de la comprensión que hace a un buen líder.
Un psicópata, descrito por Babiak, “no estuvo dispuesto, y quizás fue incapaz, de reconocer que alguna de sus decisiones pudieran haber producido consecuencias negativas para el negocio”. Incluso cuando llevan vidas superficialmente “normales”, los psicópatas siguen causando problemas de maneras que vuelan bajo el radar de la ley – económicamente, psicológicamente, emocionalmente.
¿Cómo lo hacen? Mediante el análisis de los fraudes corporativos, Babiak descubrió los métodos básicos que utilizan los psicópatas para funcionar en ambientes jerárquicos corporativos. Pero sin importar el medio ambiente en el que el psicópata se encuentre – una relación romántica, una estrategia corporativa, un atraco planificado, una campaña electoral, un golpe político…la lista de posibilidades es interminable – utiliza la misma rutina de tres fases en sus víctimas, “Evaluación – Manipulación – Abandono”.
En la primera fase, el psicópata evalúa el valor de su “aliado” y potencial peón – qué es lo que puede hacer ella/él para cumplir los objetivos del psicópata. Los psicópatas son expertos en identificar y presionar los “botones” de los demás, sus “gustos y disgustos, motivos, necesidades, puntos débiles, y vulnerabilidades”.
Las fortalezas de los demás son utilizadas y sus debilidades son explotadas.
Luego, el psicópata utiliza mensajes cuidadosamente trabajados para un objetivo específico, empleando información reunida en la Fase de Evaluación. Luego adapta su manipulación para acomodar todo el nuevo intercambio con el objetivo de mantener un control total. Según señalan Babiak y Hare:
Habitualmente hacen uso del hecho que para muchas personas el contenido del mensaje es menos importante que la forma en la que es entregado. Un estilo de entrega convencido y agresivo – generalmente cargado de argot, clichés, y frases floreadas – reemplaza la falta de sustancia y sinceridad en sus interacciones hacia los demás… son maestros del manejo de las impresiones; su comprensión de la psiquis de los demás combinado con una superficial – pero convincente –, la fluidez verbal les permite modificar sus personalidades con habilidad mientras encaje con la situación y su plan de juego.
Son reconocidos por su habilidad de usar muchas mascaras, cambiar “quienes son” dependiendo de la persona con la que estén interactuando, y hacerse parecer agradable ante su víctima.
Suena muy parecido al trabajo realizado por las agencias de inteligencia, ¿no es así?
Los psicópatas también usan una variedad de técnicas de manipulación, por ejemplo, el gaslighting (N. del T.: forma de intimidación o abuso psicológico mediante la cual se le presenta información falsa a la víctima, haciéndole dudar de su propia memoria y percepción).
Cuando a las personas se les dice una mentira lo suficientemente seguido, y con aparente certeza absoluta, la gente normal tiende a dudar de sus propias percepciones. “Sorprendentemente, la mayoría de las víctimas eventualmente dudarán de su propio conocimiento de la verdad y modificarán sus propias visiones para creer lo que el psicópata les dice en lugar de lo que ellos saben que es verdad”.
En esta fase, el psicópata explota despiadadamente a sus víctimas, utilizándolas para adquirir dinero, posición, control y poder.
Cuando una persona ha dejado de serle útil, son descartados al final, en la Fase de Abandono. Leales a nadie, generalmente esto produce devastadores efectos en aquellos que fueron engañados por la fachada de mentiras y “buenas intenciones” del psicópata.
Sea que una esposa haya sido succionada emocionalmente, una persona mayor cuya cuenta bancaria haya sido vaciada, o un “amigo” cuyas conexiones finalmente hayan rendido sus frutos, el psicópata inevitablemente los descarta y avanza hacia su próximo objetivo.
Dentro del mundo corporativo, Babiak identificó una variación más elaborada en cinco-fases de esta dinámica. Primero, los psicópatas usan su encanto y don del discurso para simular cualidades de liderazgo, en consecuencia, ganando una entrada a la compañía.
Una vez ubicado como empleado, identifican posibles objetivos y rivales entre los compañeros de trabajo – de compañeros talentosos pero inocentes cuyo trabajo pueda ser robado a las secretarias que controlan el acceso a los ejecutivos importantes – en la fase de evaluación. Babiak describe los cuatro grupos de personas que los psicópatas emplean en sus juegos.
Los peones son los co-trabajadores comunes que tienen “poder e influencia informal”, y que son astutamente manipulados por los psicópatas para querer – o necesitar – apoyarlos y complacerlos. Los Patrones son individuos de alto nivel con poder formal. Desarrollando una afinidad con los patrones, los psicópatas se aseguran protección de los ataques de trabajadores de bajo nivel que ven a través de la máscara.
Los Chivos Expiatorios son peones que han perdido su utilidad y que por lo tanto han sido descartados. Por último, la policía organizacional son individuos como auditores, seguridad, y personal de recursos humanos que poseen más experiencia en detectar manipulaciones en el lugar de trabajo.
En la tercera fase, de manipulación, los psicópatas crean y mantienen su “ficción psicopática”, diseminando desinformación positiva sobre ellos mismos y desinformación negativa sobre los demás utilizando la red de peones, patrones e “idiotas útiles” que ellos crean.
Mediante la creación de conflictos entre los demás empleados, desvían la atención de ellos mismos, prefiriendo operar detrás de escenas y por sobre las tormentas que ellos generan y manejan.
En la fase de confrontación, los psicópatas descartan rivales y peones (ahora chivos expiatorios), frecuentemente utilizando técnicas de asesinato de personalidad, desintegración, y otras tácticas, utilizando los denominados “hechos” que desvían significativamente de la verdad.
De esta manera se salen con la suya apoyándose en los patrones ubicados en altas posiciones con quienes ahora se siente confiado. Y al final, la fase de ascensión, en última instancia eliminan a sus patrones, tomando para si mismos las posiciones y prestigio de aquellos que una vez lo apoyaron.
En el juego del psicópata, la gente existe únicamente para ser manipulada, y persigue sus objetivos a cualquier costo, incluso si eso significa atacar por la espalda a todo aquel que lo apoyó en su ascenso.
El interés en los psicópatas corporativos ha aumentado significativamente en la última década, en gran parte debido a los fraudes y escándalos corporativos como Enron en el 2001 y Madoff en el 2009.
Extrañamente, dada la cantidad de escándalos políticos y sus impactantes similitudes con sus primos corporativos, la idea de que los psicópatas infiltran a los gobiernos – con desastrosos resultados – todavía debe recibir la atención que se merece. De hecho, las masacres políticas que están ocurriendo actualmente – los oscuros aspectos de la historia humana que nos fascinan y nos provocan rechazo – y la corrupción que inevitablemente conduce a ellos, tienen sus raíces en la presencia de psicópatas en posiciones de poder e influencia.
Podemos encontrar psicópatas en prisión por toda clase de crímenes violentos y predatorios contra otras personas, incluyendo delitos de guante blanco. Programas universitarios, sociedades académicas, conferencias, textos profesionales y manuales, todos existen para entender el problema y ayudar en la prevención de esta clase de crímenes.
¿Pero qué hay de su rol en los crímenes contra la humanidad?
 
No he podido encontrar ni un solo informe académico investigando el rol de la psicopatía en la política, sea en sistemas democráticos o dictaduras abiertas. Así como los investigadores dudaron primero de que la habilidad de los psicópatas de tener éxito en los negocios, y el problema siguió sin ser examinado, el problema de la psicopatía en la política sigue siendo totalmente ignorado.
Científicos políticos se niegan a observar la psicopatía, y los expertos en psicopatía se niegan a observar la política.
Los resultados de tal ceguera son evidentes en la historia – y en el presente – para que todos vean. Genocidios, dictaduras, tortura aplicada por el estado, “guerras sin fin”, asesinatos políticos, escuadrones de la muerte, corrupción, chantajes, vigilancia de civiles, “secretos de estado”, “espionaje” ilegal, etc.
La situación es extraña, considerando el hecho de que los expertos han dejado cada vez más en claro que los psicópatas pueden ocupar posiciones importantes en todas las profesiones: leyes, negocios, psicología, académicas, militares, entretenimiento, fuerzas del orden, incluso – y quizás especialmente – en la política.
Según lo explican Babiak y Hare, “Muchos [psicópatas] se las arreglan para graduarse en la Universidad u obtener credenciales profesionales, pero en la mayoría de los casos no es mediante el trabajo duro y la dedicación sino a través del engaño, haciendo que otros hagan el trabajo, y generalmente “aprovechándose del sistema”.
Bernard Madoff
El caso Madoff ofrece gran cantidad de implicaciones, no solo respecto a Wall Street en general, sino también en la escena política. Interesantemente, la lista de sus víctimas carece de nombres de banqueros norteamericanos u otros importantes inversores institucionales, quienes normalmente requieren del tipo de información que la empresa de Madoff mantenía oculta.
De hecho, el negocio fue sospechoso de fraude durante casi una década, con evidencia de malas conductas que se remontan hasta los años 70s. Y aún así no se condujeron investigaciones serias hasta que sus hijos lo entregaron. Muchos sabían durante años, pero permanecieron en silencio, permitiendo a Madoff continuar con el esquema que arruinaría a miles. Convenientemente, la sobrina de Madoff contrajo matrimonio con un alto directivo de
Cumplimiento de la Comisión Reguladora de Empresas y Valores en el 2005 y Madoff mismo presumió sobre sus cercanas relaciones con reguladores del SEC. La firma de Madoff mantenía relaciones cercanas con legisladores y reguladores de Washington, con Madoff en el directorio de la Asociación de Valores Industriales, y el hermano de Madoff en el directorio de la Asociación de Valores Industriales y Mercados Financieros (SIFMA).
En el artículo de Creswell y Thomas para el New York Times, un socio cercano a Madoff relata que “Una vez me mencionó que pasó un tercio de su tiempo en Washington a principios de 1990 -fines de 1980”.
El fondo de Madoff no solo era un perfecto lavado de dinero para potenciales co-conspiradores, sino que estaba protegido por sus relaciones cercanas con la “policía organizacional” del SEC y por su control dominante sobre sus empleados. “Nadie se iba porque jamás podrían encontrar otro trabajo que pagara tan bien como este.
Algunas personas, luego de su arresto, especularon que era una clase de soborno; nadie hizo ninguna pregunta sobre porque los Madoff eran agradables, protectores y generosos”. (The Daily Beast) Según Babiak y Hare, “El nivel e intensidad de intimidación psicopático comúnmente mantiene a aquellos que han sido abusados sin dar el paso adelante”.
Controlando a subordinados y cortejando reguladores, Madoff se protegió de la exposición. Fue solo después de que su arrogancia sacara lo mejor de sí, que todo cayó.
Pero Madoff es solo un síntoma de un problema sistémico que afecta a la humanidad desde el nivel de relaciones interpersonales hasta los más altos niveles de control político.
El “psicópata de variedad de jardín” maniobra por medio de control y poder en una esfera de influencia relativamente limitada: desde su familia inmediata a un mayor grupo de compañeros de trabajo y víctimas de la oportunidad.
Los psicópatas criminalmente versátiles se mueven de víctima a víctima, dejando un tendal de mujeres destruidas emocional y físicamente; personas mayores desprovistas de sus ahorros de toda la vida; robos de donaciones; niños torturados y mutilados. El psicópata corporativo no solo afecta a todos en el equipo de trabajo de la compañía; sus fechorías tienen el potencial de arruinar las vidas de miles.
Pero el psicópata político, en una posición del mayor prestigio, poder, e influencia, tiene el potencial de dominar – y arruinar – imperios. Su influencia llega al nivel social y sus decisiones tienen el potencial de afectar a miles de millones.
 

Autor Vicente Garrido Genovés Patricia López Lucio
ISBN 9788434469402
Año Edición 2010
Páginas 352
Encuadernación Rústica
Idioma Español
Precio 18,00 €uros

Sipnosis
Este libro recoge la moderna técnica de la personalidad criminal y cómo la emplea la policía actual para capturar a los asesinos en serie. Lo más novedoso es que se aplica a los casos más relevantes del crimen reciente en España. Asistimos, así, a los testimonios y escenas del crimen de asesinos como: Tony Kina, el homicida del párking, el asesino de la baraja y otros. Se aportan dibujos de las escenas del crimen y fotos muy poco conocidas por el público. El lector, entre fascinado y horrorizado, asistirá al desafío de sentir y comprender lo que se esconde detrás de la personalidad del asesino y violador en serie.
Autor Pozueco, J.
ISBN 9788497273688
Año Edición 2010
Páginas 304
Idioma Español
Precio 19,00 €uros

Sipnosis
En esta obra se analiza la mitad de la máscara de los psicópatas integrados, de aquellas personas que, sin llegar técnicamente a delinquir, tienen la misma estructura de personalidad que los psicópatas criminales.
Este libro trata, sin duda, de psicópatas, pero no de los psicópatas que vemos en la «gran pantalla»; el eje central de este libro son esos que modernamente se llaman psicópatas integrados o psicópatas con éxito. Se trata de los sociópatas de nuestros tiempos modernos.

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Cada paso en la vida implica una elección. Según los especialistas, lo importante no es solo afrontarlas, sino ser conscientes de que se puede ser presa de ellas y sus consecuencias. ¿Por qué las decisiones son más poderosas y determinantes que las condiciones externas que nos rodean? ¿Cuánto influye la historia personal? ¿Existe una receta para optimizarlas?

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Criminal anónimo.


PERFIL CRIMINAL. DEFINICIÓN.

Siguiendo a Garrido (2006), el perfil criminológico puede definirse como una estimación acerca de las características biográficas y del estilo de vida del responsable de una serie de crímenes graves y que aún no se ha identificado.
El objetivo de este perfil es delimitar las características del presunto culpable para disminuir el rango de posibles culpables y ayudar a la policía focalizando y restringiendo las posibilidades de investigación, posibilitándoles el centrarse en los blancos realistas. Este punto es muy importante, ya que cuando se tratan de crímenes violentos o seriales, la alarma social y las posibilidades de que se vuelvan a repetir los hechos, hacen necesaria actuar con rapidez y detener cuanto antes al asesino.
No obstante, el perfil tiene sus limitaciones, no es una ciencia exacta, está basada en el análisis de la huella psicológica que el asesino deja en sus crímenes y en datos estadísticos recolectado de otros casos y de los datos teóricos aportados por la psicología y la criminología. Estamos por tanto hablando de probabilidades.En palabras de Ressler (2005), las personas que realizan un perfil buscan patrones e intentan encontrar las características del probable autor, se usa el razonamiento analítico y lógico, “qué” más “por qué” igual a “quién”.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PERFIL CRIMINAL. LA PSICOLOGÍA EN EL CRIMEN.
El uso de la psicología para combatir y estudiar el crimen debe estar relacionado desde el inicio mismo de ésta, sin embargo, ha sido relativamente reciente en el tiempo la intención de algunos expertos de elaborar una metodología más o menos sistemática que nos ayude a capturar a criminales usando las aportaciones que la psicología nos brinda. Esta metodología ha estado basada principalmente en la creación, desarrollo y uso de técnicas clasificatorias y de etiquetajes del delincuente criminal, teniendo inicialmente como principal objetivo la captura del criminal. El acopio de datos ha posibilitado un estudio más en profundidad, que ha dado lugar a diversas teorías psicológicas del crimen, teorías que tratan de explicar el hecho criminal al igual que hace con cualquier patología mental. El desarrollo de técnicas terapéuticas y de rehabilitación del crimen está en un estadio muy precoz:
  • Criminal Nato: Ofensores primitivos caracterizados por un proceso de degeneración evolutiva que podían ser descrito por determinadas características físicas.
  • Delincuente demente: Ofensores que padecen patologías mentales acompañadas o no de físicas.
  • Criminaloides: Serían los que no pertenecen a ninguno de los dos grupos anteriores pero determinadas circunstancias les han llevado a delinquir.
  • Leptosómico: Delgado y alto.
  • Atlético: Musculoso, fuerte.
  • Pícnico: bajos y gordos.
  • Mixtos: no puede encajar completamente en ninguna de las anteriores y sí en varias de ellas.


EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS PERFILES CRIMINALES.
  • 1888. Gran Bretaña. El Dr. George B. Philips diseña el método “modelo-herida”, basado en la relación que existe entre las heridas que sufre la víctima y su agresor. En función de las características de éstas, se podría diseñar un perfil del delincuente.
  • 1870. Italia. Lombroso es considerado el padre de la criminología. Estudia desde el punto de vista evolutivo y antropológico prisioneros, dando lugar a una clasificación de delincuentes que tienen en cuenta características físicas:
  • 1955. Alemania. Kretschmer hace un estudio de más de 4.000 casos y diseña una clasificación basada también en características físicas: Según esta clasificación cada tipo de delincuente se relacionaría con un tipo de delito, así los leptosómicos son propensos al hurto, los atléticos a crímenes donde se use la violencia y los pícnicos al engaño y el fraude.
Las anteriores aportaciones tienen un fuerte componente biologicistas y fueron siendo abandonadas por la poca utilidad que ofrecía, así como por sus carencias científicas. Posteriormente y junto con el desarrollo que la psicología iba atesorando, las teorías dejaron a un lado las características físicas para detectar a criminales y empezaron a usar características psicológicas.
  • 1957. USA. Brussel compara conductas delictivas con conductas de pacientes mentales. Su perfil del Bombardero de Nueva York puede ser considerado el primer perfil psicológico criminal.32 paquetes explosivos en Nueva York en ocho años. Brussel examinó las escenas de los crímenes y dio un perfil a la policía. El bombardero es un inmigrante de Europa de entre 40- 50 años que vivía con su madre. Hombre que era muy aseado y que por la forma redondeada de sus “w” adoraba a su madre. y detestaba a su padre. Predijo que en su detención vestiría un traje cruzado y abotonado.Poco más tarde, y tras las pistas aportadas por Brussel, George Metesky, un empleado enfadado de la compañía donde puso el primer artefacto fue detenido, llevaba un traje cruzado y abotonado. Según Brussel, su perfil fue fruto del uso del razonamiento deductivo, su experiencia y el cálculo de probabilidades. Brussel apuntó hacia un hombre paranoico, trastorno que tarda alrededor de 10 años en desarrollarse, lo que, junto a la fecha de la primera bomba le llevó a la edad del perfil. Este trastorno explica el resentimiento perdurable, la pulcritud y perfección de sus acciones y artefactos, así como su vestimenta. Las notas que dejaba permitieron evaluar su procedencia, parecía como si estuviera traduciendo, lo que nos lleva a un inmigrante, en concreto del Este de Europa, donde históricamente se ha usado las bombas como armas de terrorismo.La exactitud del perfil tuvo una gran repercusión en la policía, que empezó a respetar y a usar las aportaciones que la psicología podía hacer en este tipo de casos. A pesar de que era aún una técnica poco precisa y con fallos, como se demostró entre otros, en los casos del Estrangulador de Boston, el perfil criminal fue ganando aceptación y demanda. A esto ayudó el aumento de homicidios en los que el asesino no era una persona conocida para la víctima, lo que complicaba su resolución a la policía.
  • 1970. USA. A partir de esta fecha, resulta vital para el desarrollo de esta técnica las aportaciones y desarrollos realizados por el FBI. El perfil psicológico del criminal queda establecido como técnica de investigación policial para resolver los casos difíciles, se crea la Unidad de Ciencias del Comportamiento en el FBI, unidad especializada en el diseño de este tipo de perfiles. Agentes del FBI se preocupan por este tema y se van especializando, entre ellos Robert Ressler. Ressler entrevistó a cientos de criminales violentos en las cárceles, analizó y sistematizó toda esa información en el Proyecto de Investigación de la Personalidad Criminal, creado por él mismo y empezaron a documentar ciertos patrones y comportamientos de asesinos.Una de sus mayores aportaciones fue la del término de “asesino en serie”, que veremos más adelante y su clasificación de asesinos en serie.
  1. Asesinos en serie Organizados: Muestran cierta lógica en lo que hacen, no sufren trastornos mentales que puedan explicar en parte lo que hace, planifican sus asesinatos, son premeditados y nada espontáneos, suelen tener inteligencia normal o superior, eligen a sus victimas y las personaliza para que exista una relación entre él y su presa.
  2. Asesinos en serie no Organizados: Sus actos no usan la lógica, suelen presentar trastornos mentales que se relacionan con sus aberrantes actos, tales como la esquizofrenia paranoide. No selecciona ni elige a sus victimas, ya que sus impulsos de matar le dominan tanto que improvisa, actúa espontáneamente y con una mayor carga de violencia y saña sin ningún mensaje. Su deterioro mental hace también que no se ocupe de la escena del crimen ni haga nada especial para no ser detenido. No quiere relacionarse con su víctima, solo destruirla.
Esta clasificación es actualmente usada en el desarrollo de perfiles, aunque en muchas ocasiones no existen los asesinos organizados o desorganizados puros y son más mezcla de ambos. No obstante la división sí ha resultado fructífera y de gran ayuda a la hora de perfilar un asesino ya que dentro de su clasificación, las características que describen a uno y a otro tipo de asesino si tiene una gran consistencia estadística. Los términos de organizados y desorganizados son, como dice Ressler, de fácil uso para los policías porque se escapa un poco de la terminología psicológica y médica.
A partir de las aportaciones del FBI, la técnica del Perfil criminal ha ido evolucionando y adoptándose por otros cuerpos de policía de otros países. Además, se han creado diversas titulaciones académicas, agencias y organizaciones privadas encargadas de realizar perfiles criminales.
Aunque no hay y posiblemente no haya un sistematización absoluta de esta técnica, es en gran parte como dice Ressler un arte, el perfil ha quedado incluido como una técnica de investigación criminal.
ÁMBITOS DE APLICACIÓN DEL PERFIL CRIMINOLÓGICO.
Generalmente, el uso del perfil criminológico se restringe generalmente a crímenes importantes tales como homicidios y violaciones. Como mencionamos anteriormente, las características de estos hechos hace que la policía deba trabajar contrarreloj para resolver estos casos. Cuando se trabajan en homicidios donde el culpable es un desconocido para la víctima, el perfil puede ayudar a dar luz sobre el crimen y encaminar a la policía en sus investigaciones.
Cuando se quiere evaluar la posibilidad de relacionar varios homicidios, realizar un perfil sobre el autor de los asesinatos puede ayudar a determinar si estamos ante un asesino en serie o ante asesinos inconexos.En otras ocasiones, el perfil ayuda a conocer ante qué tipo de personas nos enfrentamos y éste arma puede usarse antes de su captura, provocando por ejemplo al agresor en los medios de comunicación, y después de su captura, preparando los interrogatorios.
Otro ámbito de aplicación del perfil es su función teórica, en cuanto a que el análisis y evaluación de casos sirven para aumentar el conocimiento que se tiene sobre la propia técnica y sobre el hecho criminal.


TIPOS DE PERFILES CRIMINALES.
Perfil de agresores conocidos o método inductivo.
Este método se basa en el estudio de casos para, a partir de ellos, extraer patrones de conductas característicos de esos agresores.
Se desarrolla básicamente en el ámbito carcelario, mediante entrevistas estructuradas o semiestructuradas, aunque también se suele usar como fuente de información las investigaciones policiales y judiciales.
El estudio de presos se complementa con entrevistas a personal carcelario a su cargo, así como parientes y cualquier persona que pueda dar información relevante respecto a esta persona.
Ressler, dentro del proyecto de Investigación de la Personalidad criminal (PIPC) entrevistó, junto a colaboradores, a cientos de criminales violentos por todas las cárceles de EE.UU. Según su experiencia, las entrevistas a criminales solo tienen valor si aportan información útil para la policía sobre su personalidad y sus acciones. Para ello, el entrevistador debe ganarse la confianza y el respeto del entrevistado. (Ressler, 2006).
Una característica a tener en cuenta a la hora de elegir a los entrevistados es que ninguno de ellos pueda ganar nada por el hecho de participar en la entrevistas, ya que esto podría sesgar sus respuestas.
Perfil de agresores desconocidos o método deductivo.
Este método se basa en el análisis de la escena del crimen en cuanto a sus evidencias psicológicas para que pueda inferirse el perfil del autor de ese crimen. En este método se intenta pasar de los datos generales a los particulares de un único individuo. Para ellos se analiza la escena del crimen, la victimología, pruebas forenses, características geográficas, emocionales y motivacionales del agresor.
Para la realización de este perfil se tiene en cuenta los datos aportados por el método inductivo.
Para ejemplificar este método tomamos un perfil realizado por Ressler:
“…la mayoría de los asesinos en serie son blanco, Danny vivía en un barrio blanco, si hubiera aparecido cualquier hombre negro, hispano o incluso asiático, muy probablemente habrían notado su presencia. Pensé que el asesino no era joven porque el asesinato tenía un carácter experimental y porque el cuerpo había sido abandonado a poca distancia de un camino, elementos que indicaban que se trataba de un primer asesinato…El abandono del cuerpo justo al lado de un camino transitado sugiere que el asesino quizá no tenía la fuerza física suficiente para llevar el cuerpo más lejos…» (Ressler, 2006).

METODOLOGÍA DEL PERFIL.
Para la elaboración de un perfil criminal es necesario el análisis y evaluación de estas fuentes: escena del crimen, perfil geográfico, modus operandi y firma del asesino y victimología.
Escena del crimen:
La escena del crimen es, como su nombre indica, el lugar que el asesino ha elegido para matar a su víctima. Las escenas pueden ser varias si el asesino ha usado varios lugares desde que atrapa su víctima hasta que la deja. Puede atraparla en un sitio, torturarla en un segundo, matarla en un tercero y trasladarla a un cuarto para abandonarla allí. En cualquier caso, la escena principal es donde la muerte o agresión de mayor importancia y el resto son secundarias. Generalmente es en la primaria donde hay más transferencia entre el asesino y su víctima, por lo cual suele ser en la que hay más evidencias psicológicas y físicas.
Es importante por esto la protección de la escena o escenas del crimen ya que cada pista puede ser clave, además, es necesario evaluar si ha habido una manipulación de dicha escena, lo que suele llamarse actos de precaución o conciencia forense (cuando elimina pruebas físicas).
Perfil geográfico:
Este perfil describe el aspecto geográfico donde se desenvuelve el delincuente, sus escenas del crimen, los puntos geográficos de esos crímenes, sus desplazamientos, el terreno en el que actúa, zona de riesgo, base de operaciones.
Este perfil nos dice mucho del mapa mental del criminal, que es la descripción que el delincuente tiene en su cabeza de las zonas geográficas en las que se desenvuelve en su vida. Su casa, su calle, su barrio, su ciudad están descritos en la mente del criminal en función de las experiencias que ha tenido con cada uno de esos lugares, nos describe su zona de confianza, su territorio, las zonas de influencia, cómo se mueve y se desplaza por ellas. La comprensión de estos datos nos puede dar información de en qué zona vive, dónde debemos buscarlo y dónde puede actuar.
Como cualquier depredador, éste ataca a sus víctimas en el territorio en el que se sienta seguro, su presa tenga menos posibilidades y pueda huir si es necesario. Como cualquier persona, las conductas que requieren intimidad o que pueden provocar cierto estrés, son más fáciles de realizar en terreno conocido que en aquel desconocido que nos provoca inseguridad. Para el asesino en serie matar es su objetivo, pero no olvida su sentido de supervivencia que le hace tratar de evitar que le capturen. Por eso va a matar en aquellas zonas en las que se sienta cómoda. Este hecho puede desaparecer en determinado tipo de asesino en serie, en concreto en los desorganizados, en lo que su sed de muerte se produce por impulsos y no tiene tanto control sobre ese aspecto. Generalmente, su deterioro mental también hace que no planifique tanto sus crímenes. Por otro lado, ese deterioro mental hace que no sea capaz de desplazarse a grandes distancias para buscar a su víctimas ni para acabar con sus vidas, por lo que también actúa en su zona geográfica.
Muchos estudios se han hecho al respecto, de los cuales, la hipótesis del círculo de Canter ha sido la más fructífera. Corresponde a un estudio realizado con violadores en el que se encontró que entre el 50 y el 70 por ciento de ellos vivían en un área que podía ser delimitada por un círculo que uniese los dos lugares más alejados donde había actuado, muchos de ellos vivían en el mismo centro de ese círculo.
El estudio de casos ha mostrado que en la mayoría de los asesinos en serie, sus primeros actos se realizan cerca del lugar donde reside o trabaja y posteriormente se van alejando a medida que van adquiriendo seguridad y confianza. Cuando decimos cerca del lugar donde vives es una cercanía relativa ya que el asesino tampoco se va a exponer a ser reconocido actuando en lugares muy próximos a su hogar y en el que las posibles víctimas y testigos puedan conocerlo.
Un tipo de asesino, el viajero, rompe esta regla en cuanto a que prefiere viajar lejos de su zona habitual de residencia para matar.
Modus operandi y firma.
El modus operandi es el método que usa el asesino para llevar a cabo su crimen, describe las técnicas y las decisiones que el asesino ha tenido que tomar. De esta evaluación sacamos información sobre cómo mata nuestro asesino y qué características psicológicas se pueden deducir de este método: planificador, inteligente, profesión que puede desarrollar, descuidado, perfeccionista, sádico…
El modus operandi, al contrario que la firma, puede variar a lo largo del tiempo puesto que, como habilidades, pueden aprenderse o evolucionar o degenerarse con los crímenes posteriores.
El modus operandi tiene naturaleza funcional. (Garrido, 2006) y tiene tres metas: proteger la identidad del delincuente, consumar con éxito la agresión y facilitar la huida.
Por lo que se refiere a la firma, ésta es el motivo del crimen, el por qué, refleja la razón por la que el asesino hace lo que hace. Nos da una información más profunda ya que nos presenta qué quiere decir con el crimen, y más psicológica puesto que nos habla de sus necesidades psicológicas. El asesino mantiene su firma estable a lo largo de su carrera criminal, por lo que, aunque cambie su modus operandi podemos relacionarlo por dicha firma.
Esto no quiere decir que físicamente la conducta o conductas que describen la firma del delincuente no puedan cambiar. El aspecto profundo de la firma no cambia, la ira, venganza, sadismo permanece inalterable pero la forma de plasmarla puede evolucionar, incrementar, disminuir o degenerarse en función del propio desarrollo de la motivación a la que representa.
Victimología.
La víctima tiene una importancia crucial puesto que es la protagonista del hecho criminal, presencia el crimen en primera persona, sobre ella recae el acto criminal y se representan el modus operandi y la firma del asesino.Si la víctima sobrevive puede aportar mucha información de primera mano acerca de su agresor y de sus circunstancias, si ésta fallece es necesario realizar una autopsia psicológica. En esta autopsia se tratan de recoger varios aspectos personales y sociales de la víctima. Es necesario reunir una serie de información respecto a su domicilio, educación, estado civil, aficiones, situación económica, temores, hábitos, enfermedades, amistades, trabajo…
De toda esta información se desprende primariamente una clasificación de la víctima en cuanto al riesgo que suponen para ser agredidas. En este caso hablamos de víctimas de bajo y del alto riesgo (Ressler 2005). Como es lógico, las víctimas de alto riesgo tienen una mayor probabilidad de ser atacadas y además de no suponer muchos problemas para sus atacantes.
Por otra parte, el estudio y análisis de la víctima nos da información de cómo su asesino se relaciona con sus víctimas, lo que nos proporciona una huella psicológica importante para realizar el perfil. En un crimen hay dos protagonistas, el asesino y su víctima, entre ellos hay una relación, el asesino usa a la víctima para narrar su historia, para satisfacer sus fantasías personales pero también para dejar constancia de su relación con el mundo. Y es en esta relación donde se refleja más su personalidad.